Seguramente alguna vez habréis oído eso de que para ser feliz y sentirse realizado en la vida hay que haber hecho 3 cosas: tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro.
Pues yo le añadiría una cuarta opción: correr una maratón.
Maratón en si es una palabra que al oírla me transmite muchas sensaciones: entreno, esfuerzo, fuerza física y mental, disciplina, constancia, superación, soledad, alegría, emoción, subidón, bajón, adrenalina, dolor, sufrimiento, cansancio, lesiones, pérdida de peso, muro … ahora le añado otra: compañerismo.
Y si pensamos en que su origen se basa en el mito de la gesta del soldado griego Filípides, quien en el año 490 a. C. habría muerto de fatiga tras haber corrido 42 km y 195 m desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria sobre el ejército persa, aún te impone más.
Yo estoy segura de que si Filipides hubiera tenido a Montse Urbea de entrenadora, calzado unas buenas zapatillas, tomado geles energéticos y sales y con las RUNNERINGgirls animando en el recorrido de Maratón hasta Atenas no hubiera fallecido a su llegada, pero no existiría la maratón como prueba deportiva.
Lamentablemente, casi siempre tiene que suceder un hecho trágico para que se hable de ello. ¿Qué diría Filipides si levantara la cabeza y viera los miles de personas que quieren emular su mítica y mortal carrera?
Y ahí aparezco yo con la idea de la maratón rondándome por la cabecita desde hacía ya un año. La edición del 2018 no pudo ser por falta de decisión pero me dije que al siguiente si porque los años van pasando y aunque nunca es tarde, la edad pesa. No hay que engañarse. Por eso cuando Elena preguntó: ¿Nos apuntamos a la maratón 2019?? Dije Siiiiiiiiii sin pensar en los pros y los contras. Sólo en que era lo que hacía tiempo deseaba hacer.
No costó nada reclutar al resto del equipo porque todas estábamos seducidas por la idea de alcanzar un objetivo inimaginable para nosotras unos años atrás, cuando eso del running no se sabía lo que era.
Viqui, Elena, Marta, M. Carmen, Arsenia y nuestra supporter incondicional Olga.
El intento de entrenar por nuestra cuenta no acababa de funcionar dada la categoría de la prueba a la que queríamos enfrentarnos por lo que , sin dudarlo, pedimos ayuda a la jefa Montse que se convirtió en nuestra entrenadora, coach, consejera, animadora, psicóloga, nutricionista, etc. y nos va marcando nuestras tareas .
Somos un equipo muy variado en lo que a edades y ritmos se refiere por lo que cada una sigue su entreno personalizado.
Antes de Navidades sufrí una sobrecarga muscular por una sobredosis de asfalto que me dejó tocada la rodilla derecha y me obligó a visitar al fisio, a olvidarme del asfalto durante varias semanas, a entrenar por montaña a un ritmo de tortuga que hace que me sienta bastante hundida al ver peligrar mi maratón, pero no desfallezco y sigo al pie de la letra los consejos de Montse hasta que, afortunadamente comienzo a notar mejoría.
Nuestro campo de entrenamiento era el cauce del Llobregat desde Sant Boi a El Prat. Vamos y volvemos juntas pero cada una entrena a su ritmo. Creo que podría recorrerlo con los ojos cerrados porque tengo cada metro del camino grabado en la mente y en la piel el frio y el viento que a veces habíamos pasado. ¡¡Cómo cuesta levantarse y saber lo que te espera de estreno!!, pero que satisfecha te quedas cuando lo has acabado. Y eso nos va haciendo duras y fuertes porque todas hemos sufrido lesiones y problemas de salud que hemos ido superando.
Y así pasamos enero y febrero hasta llegar a Marzo que es cuando y te dicen: Ya está todo el entreno hecho, ahora ya estas preparada para correr la maratón. Aunque tú no te lo crees y lo dudas porque lo máximo que has entrenado es una distancia de 30 metros y pensar en hacer 12 más lo ves como algo imposible.
Intentas no pensar en ello aunque no puedes dejar de hacerlo, el miedo y la euforia van de la mano cada vez que abres Instagram y te aparece Zurichmaratobcn con el contador de los días que quedan para debutar y te entra un escalofrío.
El día previo vas toda nerviosa y muy emocionada a recoger el dorsal y al ver el ambiente y pisar el escenario te saltan chispas porque te das cuentas que no es que hayas corrido la Breakfast Run y estés dando un paseíto como años anteriores si no que estás ahí porque esa es tu carrera, esta vez formas parte de ella.
Al día siguiente me levanté antes del amanecer, sin haber dormido mucho y pensando sólo en que iba a una carrera que bien podía ser la Cursa de Bombers, pero sin pensar en la distancia para no agobiarme; pero al llegar a Montjuich ya me di cuenta de que no era la de Bombers, era una mucho más importante, noté que iba a hacer algo muy grande, la emoción me invadió.
Desde que decidí correr la maratón sólo tenía en mente una imagen que era yo subiendo por la avenida entre las torres venecianas y cruzando la meta, llorando de emoción.
Esta imagen no he podido quitármela de la cabeza en todo este tiempo.
Sí que es cierto que el domingo cuando me vi dentro del cajón, tan pequeña, entre toda aquella multitud de corredores y oí a Fredy Mercuri y a Montserrat Caballé cantar la canción de Barcelona no pude contenerme porque fue súper emocionante.
La carrera comenzó muy bien, salimos juntas y luego a partir del km. 5 ya nos fuimos separando, cada una a su ritmo.
Intentaba distraerme con los otros corredores, con la gente que nos animaba, pensando en qué lugar del recorrido me sorprenderían las maravillosas, fantásticas, incombustibles, únicas e inimitables compañeras RUNNERINGgirls que habían ido a animarnos. Y como estaban en tantos sitios diferentes con esa fuerza, gritos, sonrisas y animación mantuve mi cabeza ocupada intentando no pensar en el cansancio que ya empezaba a notar.
En el km. 26 se me unió mi primo Alex que me hizo de liebre y me ayudó a llegar a meta antes de lo previsto porque evitó que dejara de correr; por mucho que yo le pedía descansar un momentito y caminar unos metros, él erre que erre que no podía ser y yo, aunque maldiciéndole en mi interior, le hice caso, afortunadamente.
Realmente el muro no lo vi, simplemente porque no pensé en él ni en que fuera a encontrármelo.
Hasta los últimos metros antes del km, 42 oí gritar mi nombre y vi a compañeras aparecer de entre la multitud para animarme y darme el último empujoncito para abordar los 195 metros que me separaban de la gloria.
Curiosamente la imagen que había tenido todo este tiempo en mente cruzando la meta llorando como una magdalena no se cumplió, estaba tan exhausta que ya no me quedaban gotas en los ojos.
Pero no importa, me quedo con la imagen que se produjo en ese momento, el gran abrazo con mis compañeras que me estaban esperando.
Sin palabras.
Cada vez lo tengo más claro que “querer es poder”.
Si tienes un sueño, una ilusión, un reto y lo deseas vehemente, con trabajo y esfuerzo se va a cumplir, seguro.
Gracias equipo por dejarme compartir con vosotras este reto que nos ha unido más. Gracias a las otras compañeras que nos han animado antes, durante y después, de pie, recorriendo toda Barcelona con la pancarta y megáfono en mano, y las que lo han hecho por mensajes, a Montse por el gran trabajo que ha hecho con nosotras y por acompañarnos en las competiciones previas junto a Sito corriendo y animándonos para arriba y para abajo y también gracias a mis amigos, compañeros de trabajo y también a mi marido Jordi que me ha animado y apoyado para que pudiera lograr mi objetivo a pesar de no estar de acuerdo con ello.
Me llamo Arsenia Hernández, tengo 56 años, soy una RUNNERINGgirls y el pasado domingo finalicé mi primera Maratón.