Siempre adelante by Patricia Pérez

De nuevo estoy aquí, para soltaros otro rollo de los míos. En mi última crónica os comenté 3 retos cumplidos este año. El caso es que, no sé cómo, me han vuelto a liar ( lo pongo como si yo no tuviera nada que ver).

Os cuento lo que he hecho desde junio:

– Entrenar.
– Entrenar mucho.
– Entrenar más… y más variado (como dice la jefa), asfalto, montaña, pesas, propiocepción, core, técnica de carrera.
– Comer.
– Comer mucho en vacaciones.
– Comer más y correr menos en el mes de agosto (en el que no pisé la montaña).

Después de las vacaciones en Galicia, tenía un par de kilos más que mover (Ganados con mucho gusto), menos kilómetros y menos desnivel en las piernas y muchas, muchas ganas de volver a la montaña.

Pero no pasa nada, porque ahí estaba la MATAGALLS-MONTSERRAT con sus más de 80 kilómetros de recorrido y más de 2.600 metros de desnivel positivo, dispuesta a darme montaña hasta decir ¡BASTA!

La Matagalls me ha enseñado 2 cosas muy importantes:

– Que la vida te puede sorprender gratamente aunque al principio te parezca que te está fastidiando.
– Que nuestro cuerpo y nuestra mente pueden ir más allá de lo que creemos.

Lo primero lo digo porque tenía una compañera prevista para hacer la Matagalls que, finalmente, no pudo venir. El mismo día de la salida me encontré sin compañía y ahí entran mis RUNNERINGgirls del alma, al final tuve que decidir entre 2 equipos (y yo que me veía sola).

Conclusión: Me fui con Carol Poyato (con la que ya había corrido en otras ocasiones) y con 2 chicos a los que no conocía de nada (las sorpresas del directo). Después de 15 horas y media RETO CONSEGUIDO. Pero sobretodo, me he llevado 2 buenos ¡nuevos amigos! (¡y eso no está pagado!) además de muchos nuevos conocidos del mundillo.

Respecto a lo segundo, los límites que tenemos, deciros que la Matagalls fue dura, pero sobretodo ¡fue divertida! En serio, acabé sin una ampolla en los pies, con las piernas reventadas pero de buen humor, además de ver amanecer desde el Monasterio, que es ¡INEXPLICABLE!
La recuperación después de Matagalls me dio la sensación de ser buena y rápida así que volví a entrenar antes de lo previsto (una vez más, sin escuchar los consejos de mi entrenador, que me pedía más descanso). Pero como lo que había aprendido es que mi cuerpo NO TIENE LÍMITES, pues yo a lo mío.

Descubrimiento posterior: ¡¡¡SÍ TIENE LÍMITES!!! Las consecuencias de pasarme de rosca fueron dolor en la rodilla izquierda que me molestaba según los gestos que hacía.

Por primera vez, me asusté, mi rodilla izquierda me molestaba después de entrenos largos y exigentes, pero nunca como esos días. Resultado: desgaste en el cartílago. Solución: Por suerte no era dejar de correr, pero sí cuidar más los entrenos, bajar kilómetros, fortalecer más las piernas, etc.

A pesar de eso, con más descanso y adaptando los entrenos (el «te lo dije» de mi entrenador no me lo quita nadie) he conseguido acabar la Xtrail Sant Mateu (20 kilómetros con 1.300 de desnivel positivo) y completar, junto con mi compi Gemma Villacampa, la XTRAIL CUP en ¡tercera posición! (Todas las felicitaciones recibidas de mucha, mucha gente me animaron mucho, ¡Gracias a tod@s!).

Y, para rematar la temporada, el pasado domingo 22 de Octubre, me enfrenté a la Mitja del Castell, en El Papiol, con casi 26 kilómetros y algo más de 1.000 m de desnivel positivo. Una cursa muy recomendable para todos (este año estrenaba también una cursa más corta). Organización brutal, fotos y más fotos, paisajes preciosos, el año que viene la quiero en mi calendario,  os animo a que os vengáis.

Como última experiencia de la temporada, corrí, por primera vez con liebre, Albert, uno de mis compis de Matagalls, se ofreció a correr conmigo. ¡Casi me mata! yo me planteé tirarlo al barranco cuando lo veía subir tan pancho mientras yo echaba el hígado. Pero el esfuerzo valió la pena: en una cursa con tías muy fuertes, quedé 17 de la general femenina y 14 de mi categoría. Y, sobre todo, ¡entré en meta con una sonrisa!

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Acabo la crónica, dando las gracias a la jefa Montse Urbea por esa fantástica conversación telefónica en la que hablamos de rodillas «averiadas» y en las que me diste tanta esperanza y confianza. Tu experiencia me ha ayudado mucho en varias ocasiones. ¡¡¡Mil gracias!!!

También quiero dar las gracias a tod@s es@s compañer@s que me voy encontrando y con los que voy teniendo amistad. Compartir entrenos y risas con gente tan diferente es enriquecedor y, en realidad, es lo más importante de este deporte ¡los momentos compartidos!¡HASTA LA PRÓXIMA!

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